martes, 29 de marzo de 2016

Cociente frente a coeficiente


¿Y qué sabemos sobre cociente y coeficiente? Veamos sus significados y su uso cuando los combinamos con el adjetivo intelectual.

Según el DLE, cociente es el ‘resultado de una división matemática’.

(1) Si dividimos 12 entre 2, el cociente es 6.

Y coeficiente es la ‘expresión numérica de una propiedad o característica de un cuerpo (...)’.

Si añadimos el adjetivo intelectual, el DLE nos dice que el cociente intelectual o de inteligencia es el ‘número que expresa la inteligencia relativa de una persona y que se determina dividiendo su edad mental por su edad física y multiplicando por 100’.

(2) El cociente intelectual de Leonardo Da Vinci era de 220.

El cociente intelectual entonces es el resultado de una operación matemática, y el coeficiente intelectual es la expresión numérica de la relación entre las edades mental y la física. Si buscamos coeficiente intelectual en el DLE, nos remite a cociente intelectual. Por lo tanto, ambas expresiones son válidas, aunque parece que se prefiere cociente intelectual.

lunes, 28 de marzo de 2016

Conciencia frente a consciencia



¿Conocemos la diferencia entre los sustantivos conciencia y consciencia y cómo se usan?

El Diccionario panhispánico de dudas nos dice que ambos sustantivos no son intercambiables en todos los contextos. Como suele ocurrir, depende del sentido que tenga lo que queramos escribir (o decir). 

Cuando queramos referirnos a 'la capacidad de distinguir entre el bien y el mal', solo podemos usar conciencia: 


(1) ¿No tienes conciencia? Parece mentira que le hayas robado el bolso a esa anciana. 

Cuando queramos expresar 'percepción o conocimiento de algún hecho', sí podemos usar ambos conciencia y consciencia, aunque el Panhispánico nos dice que suele preferirse conciencia:

(2) ¿Tienes conciencia de todo lo que puedes llegar a ser?

Esto es sobre los sustantivos. Con el adjetivo no deberíamos tener ningún problema porque para ambos casos en español solo tenemos consciente. 

Por un lado, normalmente a este lado del Atlántico (España) usamos consciente con el verbo estar cuando queremos decir que alguien no ha perdido el conocimiento, como en (3); y con el verbo ser cuando nos referimos a saber o conocer algo, como en (4):

(3) Se ha golpeado la cabeza, pero está consciente.
(4) Soy consciente de mis limitaciones.

Por otro, el Panhispánico nos dice que al otro lado del Atlántico, en el español americano es frecuente que se prefiera usar el verbo estar en el ejemplo (4): 

(5) Estás consciente de que vas a tener que esforzarte mucho, ¿verdad?

Eso sí: cuidado con concencia, conciente e inconciente, que no son términos correctos.

sábado, 26 de marzo de 2016

En relación a


Qué sorpresa, ¿verdad? Esta es otra construcción errónea que escuchamos y leemos cada vez más en los medios de comunicación. Puede que sea una mezcla de en relación con y con relación a, que son las expresiones adecuadas en español.

Si nos fijamos, toda la familia de palabras de relación se construye siempre con la misma preposición: 

—La relación con su madre ha mejorado.
—Se le relaciona con una cantante famosa.
—Esta investigación está relacionada con los sucesos de hace una semana.
—Deberías evitar relacionarte con gente peligrosa.

Por lo tanto:

En relación a los atentados, la policía está siguiendo una pista.
En relación con los atentados, la policía está siguiendo una pista.

En base a



Sí, a algunos les llamará la atención ver esa equis roja. Por mucho que escuchemos y leamos en base a, tenemos que saber que esa construcción en español actualmente no existe. 


Es mejor que usemos con base en, pues la RAE nos dice ahí las preposiciones con y en sí están bien utilizadas. Sin embargo, también dice que «en el uso culto de la lengua se prefieren otras fórmulas más tradicionales, como sobre la base de, en función de, basándose en, a partir de, de acuerdo con, según, etc.». 

En 2015 estudié un curso de italiano. La profesora en sus explicaciones decía bastante «in base a». Puede que el español haya calcado esa expresión del italiano. En el mismo artículo sobre base (punto 3 en http://lema.rae.es/dpd/?key=base), la RAE dice que podría ser así, «ya que en inglés se dice on the basis of y en francés sur la base de».

Con el tiempo, ¿el uso se impondrá a la norma?

jueves, 24 de marzo de 2016

"Sino" frente a "si no"


Veamos la diferencia entre estas palabras homófonas que se suelen confundir al escribir. Estos son sus usos:

Sino: es una conjunción adversativa que necesita una negación en la primera parte del enunciado; y la información que presenta contrasta con el elemento al que se refiere dicha negación. «No es un puma, sino una pantera»; «no es su madre, sino su tía».

Si no: indica condición. Es la unión de la conjunción si y el adverbio de negación no. «Si no te portas bien, te quedarás sin recreo»; «suspenderás la asignatura si no estudias lo suficiente»; «si no deja de llover, no podremos salir».

Sino también es un sustantivo sinónimo de destino.

Un truco sencillo para saber diferenciarlos: los dos se entonan de forma diferente, así que si probamos a decir en voz alta lo que vamos a escribir, sabremos cómo se escribe.

Por un lado, la conjunción sino es átona, así que tiene que apoyarse en la palabra que le sigue. La frase «no es su madre, sino su tía» se pronunciará así: /nó és su mádre, sinosutía/.

Por otro, de la pareja si no, si es átona y no es tónica, así que «si no deja de llover, no podremos salir» se pronunciará como /si nó déja de llovér, nó podrémos salír/.

martes, 15 de marzo de 2016

La Tierra, el sol y la luna


El nombre de nuestro planeta Tierra siempre se escribe en mayúscula para diferenciarlo del nombre común tierra. En cambio, sol y luna deben escribirse siempre en minúscula. Cómo no, hay una excepción: la RAE dice que «solo suelen escribirse con mayúscula inicial en textos científicos de temática astronómica». 

Eso sí, un contexto astronómico puede darse en cualquier tipo de texto, como en una novela, por ejemplo, no solo en publicaciones o libros específicos que versen sobre astronomía. Si en nuestra novela tenemos un personaje que es un científico que está dando una clase sobre astronomía a sus alumnos, por poner un ejemplo, Luna tendría que ir en mayúsculas, pero no en contextos como «La Luna brillaba en lo alto del cielo». Ahí tendría que ir en minúscula siempre.


Sustantivos femeninos que empiezan por 'a' tónica


Seguro que si nos preguntan cómo se dice, si el alma o la alma, todos sabremos responder que se dice el alma, porque todos recordaremos esa clase que tuvimos de pequeños cuando nos hablaron de la cacofonía que ocurre al tener dos aes juntas en el caso de un determinante más un sustantivo que empieza por a acentuada.

La regla dice que solo hay que cambiar el género de los determinantes el, un, algún y ningún en singular con esos pocos sustantivos femeninos que empiezan por a acentuada, como agua, águila, alma, aula, hacha o hada; pero los demás adjetivos que afecten a esos sustantivos deben concordar con ellos en femenino:

El águila calva
Las águilas calvas
Los águilas calvas
Un hacha afilada
Unas hachas afiladas
Unos hachas afiladas
Algún aula vacía
Algunas aulas vacías
Algunos aulas vacías
Ningún águila calva
De esta agua no beberé
De este agua no beberé


¿Han escuchado una canción de un famoso grupo español que dice «me desnudaste entera todo el alma»? Ahí mantuvieron la concordancia del adjetivo entera con alma, pero no la de todo, que debería ir en femenino. Lo correcto debería haber sido «me desnudaste entera toda el alma».

lunes, 14 de marzo de 2016

La escritura de los símbolos


Empecemos viendo primero qué es un símbolo en lingüística. El DLE lo define como ‘representación gráfica invariable de un concepto de carácter científico o técnico, constituida por una o más letras u otros signos no alfabetizables, que goza de difusión internacional, y que, a diferencia de la abreviatura, no se escribe con punto pospuesto; p. ej., N, He, km y por norte, helio, kilómetro y euro, respectivamente’.

Deben escribirse siempre separados de la cifra con un espacio. No es correcto escribirlos pegados. Tampoco se escribe punto después de ellos, a menos que se encuentren al final de la frase, ni se les añade la marca de plural.

100€
100 €
25%
25 %
30km
30 km.
30kms
30 kms.

30 km

El espantoso dequeísmo


Empecemos a ver ahora los dequeísmos.
Si el queísmo era no usar la preposición de cuando hacía falta, el dequeísmo es el caso contrario: usarla cuando no el verbo no la necesita. 

Uno de los casos que más se escuchan es el famoso resulta de que. Nunca hay que usar la preposición de después del verbo resultar en esta construcción.

Resulta que usar la preposición de en este caso no es normativo.


Otros casos comunes son:

Pienso de que deberías irte a casa ya.
Pienso que deberías irte a casa ya.
Creo de que no deberías ir diciendo eso por ahí.
Creo que no deberías ir diciendo eso por ahí.
Me aseguró de que él no había contado el secreto.
Me aseguró que él no había contado el secreto.
Opina de que no es correcto escribir eso.
Opina que no es correcto escribir eso.

También se da un caso de dequeísmo cuando se utiliza la preposición de en lugar de la que realmente exige el verbo:

Insistieron de que fuéramos a ver esa película.

Insistieron en que fuéramos a ver esa película.
Me fijé de que ya no llevaba bastón.
Me fijé en que ya no llevaba bastón.

Para terminar (¡por fin!) con los dequeísmos, queda señalar que no solo con los verbos se da este error. También es un caso de dequeísmo cuando se usa la preposición de en locuciones que no la llevan:

A no ser de que llegue ya, perderá el tren.
A no ser que llegue ya, perderá el tren.
A medida de que vaya repasando, entenderá mejor la teoría.
A medida que vaya repasando, entenderá mejor la teoría.
Una vez de que llegues a la estación, avísame.
Una vez que llegues a la estación, avísame.