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domingo, 21 de febrero de 2016

La arroba como neutralizador



No les rechinan los dientes cada vez que ven cosas como l@s niñ@s, l@s amig@s», l@s herman@s, etc.?
  
Los que usan semejantes engendros escritos dicen que el español es sexista y argumentan que cada vez que queramos englobar ambos sexos y no discriminar, deberíamos escribir los niños y las niñas, los amigos y las amigas, la asociación de padres y madres, los profesores y las profesoras, etc., y que, para ahorrarnos tal engorrosa tarea de repetir, escriben una @, que es como una a y una o juntas, o incluso una x (será porque en matemáticas representa lo desconocido...). 

¿Por qué ocurre esto en español? Porque, al no tener término neutro como otros idiomas europeos, tiene que conformarse con algo que se llama término no marcado o no excluyente. Y ocurre que en español el término no marcado ha sido siempre el masculino, el que engloba a los demás. El femenino es el término marcado, porque es el único que sirve para designar al sexo femenino. 

Por lo tanto, lo más correcto para evitar las dichosas repeticiones y esa innecesaria costumbre de explicitar siempre el masculino y el femenino, es escribir en masculino plural SIEMPRE: los niños, los amigos, los padres, los profesores, etc., pues el masculino es el que abarca al femenino.
  
NUNCA, JAMÁS, NEVER EVER —permítanme las palabras en inglés—, hay que usar la arroba con ese fin, pues no es un signo lingüístico, no es una letra. La RAE dice que el uso de la arroba en estos casos da «[…] lugar a graves inconsistencias, como ocurre en ✗Día del Niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño» y no para el femenino niña.

Al contrario que el inglés o el francés, el español es uno de los pocos idiomas que se escriben tal cual como se pronuncian (o al revés). Por lo tanto, si tenemos ese hecho en cuenta, nos encontramos con la inconsistencia de las aberraciones l@s niñ@s y les niños, imposibles de leer entonces. Seguramente, al leer cosas como esa, la tendencia será leerlo como si estuviera en masculino: los niños.

Ay, mis cruzadas personales...

viernes, 19 de febrero de 2016

La tilde de ti


Se puede decir más alto, pero no más claro: ti no lleva tilde.

Todos (o casi todos) lo sabemos. Ti jamás lleva tilde; ni la ha llevado antes ni la llevará nunca. Pero ¿sabemos todos cuál es la razón de por qué no la lleva?

Por un lado, en español tenemos una regla que dice que los monosílabos nunca llevan tilde; pero, por otro, tenemos muchos monosílabos que sí la llevan: sí, tú, té, dé, qué, quién... ¿Qué pasa entonces? Es aquí donde entra en escena una tilde que se llama diacrítica, que sirve para diferenciar los las categorías de las palabras monosílabas que suenan igual (de/dé, mas/más, mi/mí, si/sí, te/té, tu/tú, etc.). 

¿Por qué entonces el hablante se empeña tanto en ponerle tilde a ti? Ocurre que, por analogía con el posesivo , suele caer en la ultracorrección de ponerle tilde a ti, dado que por lógica se piensa que si  la lleva, ti debería llevarla también. Pero aquí es donde radica la confusión: el pronombre lleva tilde para diferenciarlo del adjetivo posesivo mi (mi perro/dímelo a mí). ¿Cuál es la diferencia entonces? El pronombre de segunda persona ti es diferente de su adjetivo posesivo correspondiente: tu. Por lo tanto no puede haber confusión y no debe llevar tilde (tu perro/te lo diré a ti).